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Las vacunas profanan o adulteran el cuerpo humano, creado a imagen y semejanza de Dios.
Ninguna de las confesiones religiosas más extendidas se opone explícitamente a la vacunación. Al contrario, todas las confesiones importantes de nuestro entorno han instado a sus fieles a vacunarse contra la COVID-19.
No obstante, se han identificado varias preocupaciones en torno a las vacunas causadas por las creencias religiosas de las personas. Estas preocupaciones pueden dividirse en cuatro grupos:
Aunque la religiosidad no se asocia sistemáticamente con una mayor renuencia a la vacunación cuando se realizan comparaciones internacionales, existen evidencia proveniente de los Estados Unidos de que la renuencia a la vacunación es mayor entre las personas religiosas. Las tasas de vacunación también son especialmente bajas entre algunas comunidades religiosas fundamentalistas de todo el mundo.
Este tema se refiere a la conexión entre salud y espiritualidad, dando cuenta de una serie de argumentos según los cuales vacunarse equivale a "pecar" y mancillar el propio cuerpo. Suele tratarse de un argumento de carácter espiritual que puede incluir o no un componente propiamente religioso.
Hay que respetar la espiritualidad y las convicciones religiosas de las personas. Es comprensible que la gente se preocupe por la compatibilidad entre las vacunas y el deseo de mantener su cuerpo limpio y sano. Todo el mundo quiere que sus decisiones sean coherentes con sus creencias y valores más profundos.
El diálogo entre pacientes y profesionales sanitarios resulta más productivo si se basa en la empatía, ofreciendo al paciente la oportunidad de afirmar las razones que subyacen a sus creencias y expresando comprensión respecto a ellas. Debido a ello, es importante comprender las raíces actitudinales que subyacen a las opiniones que manifiestan las personas. Afirmar la raíz actitudinal subyacente de una persona no significa que tengamos que estar de acuerdo con los detalles de sus argumentos. Por ejemplo, podemos reconocer que:
Hay que respetar la espiritualidad y las convicciones religiosas de las personas. Es comprensible que la gente se preocupe por la compatibilidad entre las vacunas y el deseo de mantener su cuerpo limpio y sano. Todo el mundo quiere que sus decisiones sean coherentes con sus creencias y valores más profundos.
Piensa en todos los cambios que haces en tu cuerpo para protegerlo y mejorar tu vida, como llevar gafas o someterte operaciones. No diríamos que estas cosas profanan o adulteran nuestro cuerpo.
Las infecciones son causadas por patógenos o "bichos" que invaden nuestro cuerpo y pueden enfermarnos gravemente. Por ejemplo, los virus pueden interferir en el funcionamiento normal de nuestras propias células. Los virus patógenos utilizan nuestras propias células para replicarse en nuestro organismo.
Las vacunas ayudan a contrarrestar estas infecciones ayudando al sistema inmunitario natural de nuestro organismo a reconocer y combatir los agentes patógenos causantes de enfermedades.
Información adicional:
Referencias académicas