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Cuando se trata de vacunas, ¿por qué se habla de que "la salud no es negocio"?

Los beneficios económicos de las farmacéuticas son inmorales.

Algunas personas pueden pensar que las vacunas son contrarias a sus convicciones morales. En consecuencia, las vacunas o su proceso de desarrollo son percibidas como una forma de promover comportamientos inmorales.

Las preocupaciones morales difieren de las religiosas porque, aunque la moralidad pueda derivarse de creencias religiosas, la fe no es una condición necesaria para desarrollar determinadas posturas morales. Por ejemplo, las personas pueden oponerse al aborto por razones morales sin apelar a creencias religiosas.

Las preocupaciones morales sobre las vacunas a menudo surgen en el contexto de la sexualidad. Por ejemplo, puede considerarse que la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), el cual es transmitido sexualmente, fomenta la actividad sexual.

También pueden surgir preocupaciones morales en torno al uso de líneas celulares fetales o al supuesto maltrato de animales durante el proceso de desarrollo de vacunas.

Este tema presenta los beneficios farmacéuticos como intrínsecamente inmorales, rechazando la noción de que alguien deba ganar dinero con la sanidad.

Suele estar relacionado con la desconfianza hacia la industria farmacéutica y la percepción de que las empresas obtienen beneficios a costa de la gente, pero además emite un juicio moral sobre este ánimo de lucro.

¿Qué hay de verdad en ello?

La industria farmacéutica gana dinero con las vacunas y es importante cuestionar críticamente los motivos y moralidad de la actividad industrial. Muchos científicos y organizaciones de salud pública coinciden en que no está bien que las empresas farmacéuticas ganen dinero mientras los países en desarrollo no pueden permitirse vacunas que salvan vidas.

¿Qué podría decirle a alguien con esta creencia?

El diálogo entre pacientes y profesionales sanitarios resulta más productivo si se basa en la empatía, ofreciendo al paciente la oportunidad de afirmar las razones que subyacen a sus creencias y expresando comprensión respecto a ellas. Debido a ello, es importante comprender las raíces actitudinales que subyacen a las opiniones que manifiestan las personas. Afirmar la raíz actitudinal subyacente de una persona no significa que tengamos que estar de acuerdo con los detalles de sus argumentos. Por ejemplo, podemos reconocer que:

La industria farmacéutica gana dinero con las vacunas y es importante cuestionar críticamente los motivos y moralidad de la actividad industrial. Muchos científicos y organizaciones de salud pública coinciden en que no está bien que las empresas farmacéuticas ganen dinero mientras los países en desarrollo no pueden permitirse vacunas que salvan vidas.



Una vez hayamos generado un contexto propicio mediante esta afirmación parcial, podemos proceder a corregir la creencia errónea del paciente.

Tanto los defensores como los detractores de la vacunación se benefician de la industria sanitaria. Las empresas farmacéuticas ganan dinero con las vacunas y medicamentos como analgésicos y antibióticos, de los que todos dependemos para nuestra salud. También invierten mucho dinero en investigar y desarrollar nuevos tratamientos.

Pero los beneficios no se limitan a las empresas farmacéuticas. Otras personas y empresas también ganan mucho dinero, por ejemplo vendiendo productos de medicina alternativa.

Es importante considerar qué es lo mejor para nuestra salud. Las vacunas son la mejor manera de protegernos a nosotros mismos y a los demás de las enfermedades, y su seguridad y eficacia están reguladas por los gobiernos. Tanto si las empresas se benefician de ello como si no, nuestra salud sigue siendo importante.

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