Búsqueda rápida

Cuando se trata de vacunas, ¿por qué la gente habla de que "la vacunación no es para mí"?

El estilo de vida, la religión, la buena salud o la inmunidad natural bastarían para evitar enfermedades.

A menudo, las personas tienen una concepción distorsionada del riesgo que ellas mismas u otras personas corren a causa de una enfermedad, puediendo percibir erróneamente que el riesgo de una enfermedad es bajo o intrascendente. Esto puede motivarlos a creer que no necesitan una vacuna o que los inconvenientes superan los beneficios. Se ha comprobado que una percepción errónea del riesgo de enfermedad está relacionada con actitudes reticentes hacia la vacunación.

El propio éxito de las vacunas es una de las razones por las que la gente tiende a subestimar el riesgo de las enfermedades. Es fácil pensar erróneamente que el riesgo de una enfermedad prevenible es bajo cuando pocas personas, o ninguna, la padecen.

Este tema desestima el riesgo de las enfermedades debido a la creencia en que la propia inmunidad es suficiente. A menudo se citan estos factores para justificar que la vacunación sería innecesaria para una determinada persona o grupo:

  • Estilo de vida.
  • Religión.
  • Buena salud personal.
  • La creencia de que la enfermedad confiere una inmunidad natural beneficiosa.

¿Qué hay de verdad en ello?

Un estilo de vida positivo, la higiene y la responsabilidad personal son componentes importantes en la lucha contra las enfermedades. Los profesionales sanitarios promueven estilos de vida saludables porque ayudan a prevenir o pueden paliar algunas enfermedades. La higiene y la responsabilidad personal, como lavarse las manos y mantenerse a distancia de los demás cuando se está enfermo, también ayudan a reducir la transmisión de patógenos. Además, adquirir una enfermedad puede ofrecer cierta protección contra la exposición futura a esa misma enfermedad, siempre y cuando uno sobreviva y se recupere de ella.

¿Qué podría decirle a alguien con esta creencia?

El diálogo entre pacientes y profesionales sanitarios resulta más productivo si se basa en la empatía, ofreciendo al paciente la oportunidad de afirmar las razones que subyacen a sus creencias y expresando comprensión respecto a ellas. Debido a ello, es importante comprender las raíces actitudinales que subyacen a las opiniones que manifiestan las personas. Afirmar la raíz actitudinal subyacente de una persona no significa que tengamos que estar de acuerdo con los detalles de sus argumentos. Por ejemplo, podemos reconocer que:

Un estilo de vida positivo, la higiene y la responsabilidad personal son componentes importantes en la lucha contra las enfermedades. Los profesionales sanitarios promueven estilos de vida saludables porque ayudan a prevenir o pueden paliar algunas enfermedades. La higiene y la responsabilidad personal, como lavarse las manos y mantenerse a distancia de los demás cuando se está enfermo, también ayudan a reducir la transmisión de patógenos. Además, adquirir una enfermedad puede ofrecer cierta protección contra la exposición futura a esa misma enfermedad, siempre y cuando uno sobreviva y se recupere de ella.



Una vez hayamos generado un contexto propicio mediante esta afirmación parcial, podemos proceder a corregir la creencia errónea del paciente.

Las vacunas son una parte importante de un estilo de vida saludable, porque entrenan a nuestro organismo para luchar contra las enfermedades.

Es imposible eliminar por completo la exposición a las enfermedades, independientemente de lo que comamos o de lo activo que sea nuestro estilo de vida, porque es imposible vivir completamente aislado de la sociedad. No existe una única práctica que pueda protegernos contra todas las amenazas a nuestra salud, ya que las enfermedades tienen orígenes diversos y responden a medidas preventivas y tratamientos diferentes.

Ninguna otra medida preventiva puede rivalizar con la protección que ofrece la vacunación contra enfermedades infecciosas que, de otro modo, podrían matarnos o dañarnos gravemente. Las vacunas entrenan a nuestro sistema inmunitario para reconocer y combatir las enfermedades sin necesidad de exponernos al riesgo de padecerlas.

Por lo tanto, debemos hacer que las vacunas formen parte de nuestro estilo de vida saludable, el cual debe incluir muchos componentes, de modo que cada uno de ellos se ocupe de diferentes amenazas para la salud.

es_ESSpanish