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Cuando se trata de vacunas, ¿por qué se habla de "apelación al orden natural"?

Las vacunas interfieren con el orden natural de las cosas o son contrarias a la voluntad de Dios.

Ninguna de las confesiones religiosas más extendidas se opone explícitamente a la vacunación. Al contrario, todas las confesiones importantes de nuestro entorno han instado a sus fieles a vacunarse contra la COVID-19.

No obstante, se han identificado varias preocupaciones en torno a las vacunas causadas por las creencias religiosas de las personas. Estas preocupaciones pueden dividirse en cuatro grupos:

  • Transgresiones de las normas de alimentación, tales como componentes de origen sanguíneo y excipientes farmacéuticos de origen porcino o bovino.
  • Transgresiones de los códigos religiosos de pureza, como el uso de líneas celulares de origen fetal o las vacunas contra el VPH, las cuales protegen contra una enfermedad de transmisión sexual.
  • Defensa del orden natural, optando por dejar que los acontecimientos sigan su curso, lo cual a menudo se refleja en el rechazo a interferir en la providencia divina.
  • Alternativas religiosas a la vacunación, como la fe o la oración para luchar contra las enfermedades.

Aunque la religiosidad no se asocia sistemáticamente con una mayor renuencia a la vacunación cuando se realizan comparaciones internacionales, existen evidencia proveniente de los Estados Unidos de que la renuencia a la vacunación es mayor entre las personas religiosas. Las tasas de vacunación también son especialmente bajas entre algunas comunidades religiosas fundamentalistas de todo el mundo.

Este tema, el cual se refiere a la voluntad de un poder superior, suele adopta varias formas. Por ejemplo, que las vacunas interfieren con el orden natural de las cosas o son contrarias a la voluntad de Dios, de modo que hay que tener fe en lugar de recurrir a ellas.

¿Qué hay de verdad en ello?

Hay que respetar las convicciones religiosas de la gente y es comprensible preocuparse por la compatibilidad entre las vacunas y las estipulaciones de la propia fe. Todo el mundo quiere que sus decisiones sean coherentes con sus creencias y valores más profundos. Puede resultar confuso cuando los mensajes de los líderes religiosos y otras autoridades parecen contradecirse.

¿Qué podría decirle a alguien con esta creencia?

El diálogo entre pacientes y profesionales sanitarios resulta más productivo si se basa en la empatía, ofreciendo al paciente la oportunidad de afirmar las razones que subyacen a sus creencias y expresando comprensión respecto a ellas. Debido a ello, es importante comprender las raíces actitudinales que subyacen a las opiniones que manifiestan las personas. Afirmar la raíz actitudinal subyacente de una persona no significa que tengamos que estar de acuerdo con los detalles de sus argumentos. Por ejemplo, podemos reconocer que:

Hay que respetar las convicciones religiosas de la gente y es comprensible preocuparse por la compatibilidad entre las vacunas y las estipulaciones de la propia fe. Todo el mundo quiere que sus decisiones sean coherentes con sus creencias y valores más profundos. Puede resultar confuso cuando los mensajes de los líderes religiosos y otras autoridades parecen contradecirse.



Una vez hayamos generado un contexto propicio mediante esta afirmación parcial, podemos proceder a corregir la creencia errónea del paciente.

Los principales líderes de las religiones más extendidas del mundo apoyan y fomentan la vacunación, reconociendo que no hay contradicción con sus creencias, y esto incluye al cristianismo, el islam, el judaísmo, el budismo y el hinduismo.

La protección de la vida humana es siempre un acto de amor a los demás seres humanos que está en consonancia con los mejores valores morales. Pensemos en todas las medidas de seguridad que utilizamos en nuestro día a día para proteger nuestra vida, como llevar puesto el cinturón de seguridad o comer alimentos sanos. No diríamos que también interfieren con el orden natural o van en contra de la voluntad de Dios.

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