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Cuando se trata de vacunas, ¿por qué se habla de "grupos marginalizados"?

Los grupos poderosos oprimen a los desfavorecidos imponiendo la vacunación.

Uno de los factores que más influyen en la indecisión ante las vacunas es la desconfianza general de la población hacia las autoridades, así como hacia quienes se encargan de su desarrollo y regulación.

La desconfianza se expresa a menudo en afirmaciones sobre conflictos de intereses o falta de conocimiento e investigación rigurosa.

Puede dirigirse a diversos grupos, por ejemplo:

  • Profesionales y organizaciones sanitarias y médicas.
  • Empresas farmacéuticas.
  • Gobiernos.
  • Científicos.
  • La "medicina oficial".

También puede dirigirse a la investigación científica y a las propias vacunas.

Aunque la desconfianza se relaciona con la ideación conspirativa, los argumentos enmarcados en esta raíz actitudinal son distintos en el sentido de que los motivos de la desconfianza pueden deberse a experiencias reales (por ejemplo, haber sufrido discriminación en el sistema sanitario). Los argumentos derivados de la desconfianza tampoco tienen por qué estar directamente relacionados con conspiraciones. En cambio, la desconfianza suele manifestarse en forma de declaraciones vagas, llenas de sospechas e incertidumbre, con conclusiones extraídas en función de la fuente del mensaje.

Este tema refleja una desconfianza generalizada hacia aquellos que no pertenecen a la propia comunidad, usualmente marginalizada, de modo que la persona renuente a la vacunación únicamente confía en su comunidad y en su entorno social.

¿Qué hay de verdad en ello?

La desconfianza hacia las autoridades está a veces justificada. Por ejemplo, algunas personas pueden estar preocupadas porque existe una historia de abuso de poder gubernamental en las campañas sanitarias que se remonta épocas coloniales. Es importante que los sistemas sanitarios reconozcan estos hechos, sean más accesibles y reduzcan las prácticas discriminatorias, en lugar de dar por sentado que la confianza surge de forma automática. Los grupos minoritarios a menudo carecen de poder y presentan peores resultados sanitarios que el resto de la población. Es importante escuchar sus preocupacionesa fin de abordar estas disparidades.

¿Qué podría decirle a alguien con esta creencia?

El diálogo entre pacientes y profesionales sanitarios resulta más productivo si se basa en la empatía, ofreciendo al paciente la oportunidad de afirmar las razones que subyacen a sus creencias y expresando comprensión respecto a ellas. Debido a ello, es importante comprender las raíces actitudinales que subyacen a las opiniones que manifiestan las personas. Afirmar la raíz actitudinal subyacente de una persona no significa que tengamos que estar de acuerdo con los detalles de sus argumentos. Por ejemplo, podemos reconocer que:

La desconfianza hacia las autoridades está a veces justificada. Por ejemplo, algunas personas pueden estar preocupadas porque existe una historia de abuso de poder gubernamental en las campañas sanitarias que se remonta épocas coloniales. Es importante que los sistemas sanitarios reconozcan estos hechos, sean más accesibles y reduzcan las prácticas discriminatorias, en lugar de dar por sentado que la confianza surge de forma automática. Los grupos minoritarios a menudo carecen de poder y presentan peores resultados sanitarios que el resto de la población. Es importante escuchar sus preocupacionesa fin de abordar estas disparidades.



Una vez hayamos generado un contexto propicio mediante esta afirmación parcial, podemos proceder a corregir la creencia errónea del paciente.

Las vacunas fueron desarrolladas para protegernos contra enfermedades con una incidencia desproporcionadamente en grupos marginalizados. Por ejemplo, la pandemia de COVID-19 afectó sobre todo a los pobres y desfavorecidos (a menudo minorías y personas racializadas).

Pese a que las vacunas han salvado más vidas que cualquier otro avance médico, la Organización Mundial de la Salud ha pedido en repetidas ocasiones una mayor equidad en la distribución de vacunas para que los países con menos ingresos puedan protegerse de las enfermedades.

Las comunidades desfavorecidas ya están marginalizadas debido a los peores resultados sanitarios y el impacto desproporcionado de las enfermedades. Si sólo se vacunaran las comunidades más favorecidas, se perpetuaría esta opresión sobre los más desfavorecidos.

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MISINFORMATION & DISTRUST

One of the strongest predictors of vaccine hesitancy is people’s general mistrust of authorities, pharmaceutical companies, scientists, the medical “establishment”, and scientific research methods and findings. The distrust is often expressed in claims about vested interests or a lack of knowledge about vaccinations. It can be directed towards different targets, for example, health and medical authorities or professionals, pharmaceutical companies, the government, and the scientific process and vaccines themselves.

 

Although distrust is related to conspiracist ideation, arguments framed within this attitude root are distinct in that the reasons for distrust may be due to a person’s lived experience (e.g., having experienced discrimination in the healthcare system). Arguments stemming from distrust also need not relate to conspiracies. Instead, distrust often manifests as vague statements, full of suspicion and uncertainty, with conclusions drawn based on the source of the message.