Búsqueda rápida

Cuando se trata de vacunas, ¿por qué se habla de "autonomía personal"?

El rechazo a la vacuna se presenta como una elección personal libre, autónoma o empoderada.

La reactancia es un constructo psicológico bien conocido que describe la tendencia de un individuo a defender su autonomía cuando percibe que otros intentan imponerle su voluntad.

Las personas con una alta reactancia pueden responder a cualquier consejo sanitario como una invasión de su capacidad para tomar una decisión por sí mismos. La alta reactancia se ha asociado sistemáticamente con la renuencia a la vacunación.

La reactancia se manifiesta en argumentos que proclaman que la decisión de vacunarse o no debe ser completamente libre y autónoma. La reactancia tiende a asociarse con un alto sentido de autonomía personal y empoderamiento, y con una visión de las libertades civiles que incluye el derecho a actuar en contra de las normas sociales y los mandatos políticos.

Este tema plantea la vacunación como una decisión personal que debe dejarse en manos del individuo, a menudo invocando conceptos como "elección" o "autonomía", y afirmando que el rechazo a la vacunación es una decisión responsable e informada. Esto también suele verse como una forma de empoderamiento y control sobre el propio cuerpo.

¿Qué hay de verdad en ello?

Todo el mundo debería tener autonomía para tomar decisiones sobre su atención médica. Conviene luchar contra los mensajes condescendientes o coercitivos. Las personas tienen derecho a tomar decisiones por sí mismas que no estén dictadas por otros.

¿Qué podría decirle a alguien con esta creencia?

El diálogo entre pacientes y profesionales sanitarios resulta más productivo si se basa en la empatía, ofreciendo al paciente la oportunidad de afirmar las razones que subyacen a sus creencias y expresando comprensión respecto a ellas. Debido a ello, es importante comprender las raíces actitudinales que subyacen a las opiniones que manifiestan las personas. Afirmar la raíz actitudinal subyacente de una persona no significa que tengamos que estar de acuerdo con los detalles de sus argumentos. Por ejemplo, podemos reconocer que:

Todo el mundo debería tener autonomía para tomar decisiones sobre su atención médica. Conviene luchar contra los mensajes condescendientes o coercitivos. Las personas tienen derecho a tomar decisiones por sí mismas que no estén dictadas por otros.



Una vez hayamos generado un contexto propicio mediante esta afirmación parcial, podemos proceder a corregir la creencia errónea del paciente.

Cuando tenemos autonomía sobre nuestras decisiones médicas, también somos responsables de las consecuencias de nuestra decisión, como enfermar o hacer enfermar a otros. En consecuencia, debemos pensar detenidamente en cuáles serán esas consecuencias, tanto para nosotros como para aquellos que nos rodean, como nuestras familias.

Las vacunas tienen el poder de protegernos a nosotros y a nuestros seres queridos de enfermedades potencialmente mortales. Por ejemplo, la vacunación ha conseguido suprimir con éxito el sarampión, una enfermedad que solía causar más de 2,6 millones de muertes al año en todo el mundo.

Decidir vacunarse puede ser una de las decisiones médicas más importantes que uno tome.

es_ESSpanish