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Las personas son expertas en su cuerpo y en sus hijos (por ejemplo, la madre sabe más, la intuición y el instinto).
El relativismo epistemológico, o la "visión relativista acerca de cómo obtenemos conocimiento", es un punto de vista filosófico según el cual las convenciones sociales determinarían los hechos científicos. Según este punto de vista, los hechos son subjetivos y se basan en el contexto histórico, las normas sociales y culturales, y los criterios individuales. En consecuencia, el conocimiento objetivo sería una aspiración sin sentido. Varias formas de relativismo epistemológico han sido relacionadas con la renuencia a la vacunación.
Para algunas personas, el relativismo implica que las evidencias científicas y las experiencias subjetivas tienen el mismo valor al generar conocimiento, o incluso que las experiencias personales deben tener más peso que los resultados obtenidos por la investigación científica. Algunas expresiones comunes de relativismo son:
Los argumentos incluidos en este tema afirman que cada cual es experto en su propio cuerpo, por lo que sus conocimientos personales deben primar sobre los de los expertos médicos y científicos.
Estos argumentos a menudo invocan la idea del empoderamiento materno, afirmando que las madres conocen de forma instintiva lo que es mejor para sus hijos, animando así a confiar en los propios instintos e intuiciones en lugar de en los médicos.
Este tema también pone de relieve que los individuos han hecho o hacen su propia investigación, la cual sería superior a la de los expertos al incluir información que los expertos desconocen.
Los profesionales sanitarios y los científicos deben tener en cuenta las preferencias y experiencias personales de sus pacientes, ya que los testimonios suelen ser útiles para descubrir posibles efectos secundarios poco frecuentes o que sólo se dan en determinados grupos minoritarios. La práctica médica actual está abierta a que los pacientes y sus familias participen activamente en la toma de decisiones, lo cual es importante a fin de garantizar el consentimiento informado y lograr un mayor compromiso con los tratamientos.
El diálogo entre pacientes y profesionales sanitarios resulta más productivo si se basa en la empatía, ofreciendo al paciente la oportunidad de afirmar las razones que subyacen a sus creencias y expresando comprensión respecto a ellas. Debido a ello, es importante comprender las raíces actitudinales que subyacen a las opiniones que manifiestan las personas. Afirmar la raíz actitudinal subyacente de una persona no significa que tengamos que estar de acuerdo con los detalles de sus argumentos. Por ejemplo, podemos reconocer que:
Los profesionales sanitarios y los científicos deben tener en cuenta las preferencias y experiencias personales de sus pacientes, ya que los testimonios suelen ser útiles para descubrir posibles efectos secundarios poco frecuentes o que sólo se dan en determinados grupos minoritarios. La práctica médica actual está abierta a que los pacientes y sus familias participen activamente en la toma de decisiones, lo cual es importante a fin de garantizar el consentimiento informado y lograr un mayor compromiso con los tratamientos.
Los expertos toman decisiones en base al análisis crítico de las evidencias. Para dotarnos de estos conocimientos fiables, se debe evaluar críticamente la información y evitar fuentes engañosas, así como reducir nuestros propios prejuicios y carencias de conocimiento.
La medicina es un campo de conocimiento tan complejo que incluso los investigadores científicos profesionales tienen que trabajar en grandes grupos en los que cada miembro aporta sus conocimientos y habilidades específicos. La información resultante de este análisis colectivo es, por tanto, la fuente más fiables en las que se puede basar la investigación personal de las personas. Resulta sensato e inteligente otorgar más peso a estas fuentes al tomar decisiones sobre la vacunación.
Información adicional:
Referencias académicas