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El diálogo entre pacientes y profesionales sanitarios constituye una oportunidad para responder preguntas y aclarar posibles creencias erróneas de los pacientes reacios a vacunarse. En este contexto, resulta de utilidad comprender las razones psicológicas motivan la actitud negativa del paciente. Denominamos estas razones subyacentes como "raíces actitudinales", las cuales apuntan a factores psicológicos tales como el nivel de confianza de una persona, los cuales dan forma y determinan nuestras creencias y actitudes.
Este sitio web explica algunas de las raíces actitudinales más comunes y cómo pueden manifestarse en argumentos expresados por un paciente renuente a la vacunación. También identifica algunos de los temas más comunes relacionados con cada raíz actitudinal a fin de que puedan ser abordados de forma más efectiva.
Comprender las raíces actitudinales de la renuencia a la vacunación también resulta de ayuda para aumentar y orientar correctamente nuestra empatía con el paciente. La empatía es un componente importante de la comunicación y una de las formas en que podemos mostrar empatía consiste en afirmar las razones de un paciente para expresar preocupación. Por ejemplo, podemos reconocer que ha habido casos en los que los determinados gobiernos han mostrado actitudes que no merecen nuestra confianza. Este sitio web ofrece ejemplos de afirmaciones para cada raíz actitudinal. Podemos utilizar estos ejemplos a fin de comprender y empatizar con los sentimientos del paciente respecto a la vacunación.
Por último, el sitio web ofrece refutaciones para los argumentos y creencias erróneas más habituales. Estas refutaciones tienen en cuenta la raíz actitudinal y tienen como objetivo corregir las creencias erróneas de forma empática con las predisposiciones psicológicas del paciente.
En general, las teorías de la conspiración tienden a ser más prominentes cuando la gente se siente amenazada o teme perder el control sobre su situación. Estas teorías permiten a la gente hacer frente a los acontecimientos que resultan amenazadores, centrando la culpa en un determinado grupo de presuntos conspiradores.
No todos aquellos que expresan retórica conspirativa creen firmemente en una conspiración bien definida. En ocasiones, las teorías de la conspiración son utilizadas como herramienta retórica para eludir conclusiones inconvenientes. Por ejemplo, algunas personas aludirán a una conspiración entre científicos a fin de justificar su oposición a un consenso científico, como el cambio climático, pero las mismas personas no expresarán una teoría de la conspiración equivalente respecto a un consenso científico que sea compatible con sus actitudes personales. En general, resulta más sencillo contraargumentar con personas que adoptan la retórica conspirativa únicamente por conveniencia.
Sin embargo, algunos individuos están profundamente comprometidos con sus creencias conspirativas, las cuales podrían haber sido integradas en su identidad personal. Desacreditar las creencias de estas personas comprometidas resulta mucho más difícil, dado que mostrarán mayor convicción y adhesión a la teoría de la conspiración en cuestión.
La creencia en múltiples conspiraciones (por ejemplo, que la COVID-19 es un engaño y que el gobierno miente sobre los datos de fallecidos a causa de la vacunación) constituye un buen indicador de que las creencias conspirativas se encuentran profundamente arraigadas. Además, las personas que son creyentes comprometidos también tienden a mostrar otras actitudes características asociadas. Por ejemplo, las personas con un alto nivel de narcisismo son más propensas a creer en teorías de la conspiración, al igual que aquellos propensos al pensamiento mágico (por ejemplo, experiencias sobrenaturales) y al maquiavelismo, el cual suele involucrar un bajo nivel de confianza interpersonal.
Las variables que impulsan la creencia en teorías de la conspiración tienden a ser de naturaleza emocional y giran en torno a los miedos y la sensación de pérdida de control.
Las vacunas tienen como objetivo perjudicar a grupos desfavorecidos o países pobres.
VERLas vacunas son una forma de esterilizar, despoblar o rastrear a la población.
VERLas autoridades sanitarias y las empresas conspiran para ocultar información importante al público.
VERLas empresas farmacéuticas conspiran para beneficiarse de las personas o probar nuevos fármacos.
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